Para nosotros es extraño casi la totalidad del proceder japonés de la misma manera en que ellos ven el nuestro. No obstante, Suna on onno (Woman in the Dunes por su traducción al inglés) es algo que incluso varios nipones encuentran fuera de la realidad. Es una de esas películas que la historia, los personajes, las escenas y secuencias son todas bizarre y que conforme progresa el tiempo la audiencia entiende menos y menos pues después de todo los sentimientos no son para entenderse, son para sentirse.

The Woman Of The Dunes

En el Japón de la posguerra, un etnólogo que investiga a los insectos en unas dunas pierde el último camión de regreso del día. Los locales le ofrecen quedarse en una casa dentro de un agujero de arena al que bajas en una cuerda. La propiedad pertenece a una viuda que trabaja palando arena para vender y así mantener al resto del pueblo. A la mañana siguiente, cuando el científico está listo para irse descubre que los pueblerinos han quitado la soga y ahora él acompaña a la mujer en el aprisionamiento para recoger arena por el resto de su vida. Después de pasar por las típicas emociones como negación y resignación, el etnólogo termina enamorándose de la mujer.

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Con dirección de Hiroshi Teshigahara, Suna no onna llegó a las pantallas en 1964. La mejor recomendación que les podemos dar es que vean el trailer, al que por cierto no le entenderán (sobre todo por que no tiene subtítulos) pero se podrán enamorar de la escenas de la arena  casi derritiendose que pocas veces se ve tan hermosa. Uno de los principios que trabaja la película, no razones los sentimientos.

Poster

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Trailer