
¡Es cierto! el día de ayer se hizo oficial a través de Deadline que la tercera temporada de “Hannibal” será la última. Bueno, el encabezado es fatalista porque Hannibal siempre tendremos (en libro, película, serie de TV, y más), pero entienden el punto ¿no?
Así lo dijo el creador de la serie, Bryan Fuller:
“NBC nos dejó transmitir un programa de TV que ninguna otra cadena se hubiera atrevido a programar, y nos mantuvieron al aire a pesar de amenazas de cancelación por el rating y después de mostrar imágenes que hubieran triturado los ojos de los ejecutores del Departamento de Prácticas y Estándares (Institución encargada de regular las implicaciones morales, éticas y legales de los programas de televisión en Estados Unidos).
`Hannibal´ termina su último trayecto este verano, pero un caníbal hambriento siempre puede regresar a cenar.”
NBC añadió:
“Estamos muy orgullosos de haber transmitida estas tres temporadas de `Hannibal´. Bryan, su equipo de escritores y productores, así como los increíbles actores, nos entregaron una paleta visual narrativa insuperable en la televisión– abierta y de paga. Agradecemos a Gaumont y a todos los involucrados por el interminable esfuerzo que construyó a `Hannibal´ y una increíble experiencia para las audiencias alrededor del mundo.”
Como acertadamente explica Bloody Disgusting, el sentimiento que se propaga entre los seguidores de `Hannibal´ es de tremenda tristeza. Sin embargo tenemos que profundizar sobre los factores que detonaron a su terminación. Es una serie que rompió la estandarización de la violencia (entendiéndose como un concepto amplio) en TV con su sadismo y circunstancias políticamente incorrectas, siendo esto último lo más perturbador. Los detalles que hoy le impiden tener una cuarta temporada son también aquellos por los que siempre la recordaremos. Seguramente la memoria le hará justicia cuando pensemos en los programas que hicieron frente a la doble moral y corruptible ética que las organizaciones encargadas de regular la TV usan, por un lado para cerrarle espacios a programas como ‘Hannibal‘, y por otro para moldear audiencias alejadas de estos programas y así justificar económicamente su cancelación.