
Eliza Bennett cose la capa superficial de su piel con hilos de distintos grosores y colores basando su obra en el dolor físico.
“Yo estaba totalmente sorprendida de encontrar que podía pasar una aguja debajo de las capas superiores de la piel sin ningún dolor, sólo una leve molestia igual que con muchos caprichos infantiles pasó y yo no había pensado más en ello, hasta hace muy poco cuando me decidí a aplicar el proceso de mi mano para que parezca callosa y el trabajo desgastado como el de un trabajador manual “.
En su obra titulada “A Woman´s Work is Never Done” (El trabajo de una mujer nunca esta hecho) la artista británica utiliza su propia mano como un lienzo para bordar desafiando las normas sociales de lo que la gente piensa acerca del trabajo “femenino” fácil. Una impactante llamada de atención a través de un performance que hace la artista cociéndose las manos en vivo para después exhibir una serie de tétricas fotografías con el resultado.
La artista borda en sus palmas para crear una ilusión de callos. Si tienen las entrañas pueden dar click en el video al final del artículo…
Una protesta brutal para impactar al público y hacerlo reflexionar sobre las precarias condiciones en las que millones de mujeres trabajan diariamente; Bennett emplea la técnica del bordado asociada a la feminidad; la artista se traspasa específicamente en los lugares de las manos donde suelen formarse callosidades y durezas por el trabajo “ligero y fácil” efectuado por las mujeres.
Hasta este trabajo efímero donde la narrativa comienza con el cuerpo humano, Eliza Bennett nunca había utilizado su cuerpo como lienzo anteriormente.
“Usando mi propia mano como material de base, lo consideré un lienzo sobre el que cosí con hilo en la capa superior de la piel para crear la apariencia de la piel desgastada. Mediante el uso de la técnica del bordado, empleado tradicionalmente para representar la feminidad y su aplicación a la expresión de su opuesto, espero cuestionar la idea preconcebida de que “el trabajo de las mujeres es ligero y fácil”. Con el objetivo de representar los efectos del duro trabajo que surgen como parte del empleo en trabajos auxiliares con pésimos sueldos tales como la limpieza, el cuidado y la restauración, todos los tradicionalmente considerados como “trabajo de mujeres”.