
“Don’t talk like that, what’s the matter with you too? I want to kill you, don’t you understand that?”
Entre nudie-cuties y roughies, ¿con cuales te quedas?
Antes de que respondas, piénsalo bien porque hay factores importantes a considerar. Solía pensar que roughies eran lo que llenaba mis costales, sin embargo luego de siete minutos de esta “entrada forzada” ya no estoy tan seguro. Siguiendo con el tema de los veteranos con PTSD fuera de control, Shaun Costello recrea una pesadilla urbana de calidad cuestionable. No pretendo reventar tu burbuja pero debe decirse. Más allá de unos efectos especiales bien logrados y la presencia de Laura Cannon no queda mucho.
A Costello no le tomó mucho tiempo pasar de actor porno a director de roughies y dejó huella endeleble con esta, la primera de 66 cintas que filmó en los 11 años que duró su carrera.
Mientras la explotación del desnudo injustificado (más allá de avistar cuerpos hermosos) prolifera en las “nudie-cuties” sin otra misión que excitar de una manera un tanto juguetona, las roughies llegaron a agregarle violencia y en la mayoría de los casos sexo explícito. Lejos de excitar, el objetivo es provocar. Esta cinta te violará el cerebro. La presencia de Cannon y el recientemente fallecido (Marzo 19, 2013) Harry Reems, son la pista final que arma el rompecabezas de lo que es FORCED ENTRY.
Me encanta esa sensación que ataca cuando tienes una película que te intriga pero al mismo tiempo te da miedo ver. Sin embargo, luego de verla puedo asegurar que como explotación es aburrida y como porno muy violenta. TODOS se ven sucios, como que no se han bañado en semanas, sin contar a Laura Cannon.
Curiosamente, el final es lo mejor: saturado con imágenes de sexo y guerra.
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